LOS ROBLONES DEL SENDERO 5

"Montanero", es el guarda del monte, es también el guarda en el inhóspito norte. Y como buen norteño, aguantas el viento del norte, la helada del norte, y todo lo malo del septentrión aunque la verdad, no te guste. En representación de los tuyos pídele a Bóreas cambiar de lugar, igual mejor al meridión.

Es el habitante de las Cárcavas. Detrás de "Carcabitante", un cielo muy azul y el suelo cobrizo de la cárcava. Por delante vistas inmejorables de la Ribera hasta el Castillo de Cea. A tu lado es bueno sentarse en las tardes soleadas y escuchar en lo alto, el trino de las alondras.

Robusto, fuerte, viejo, arcaico, descuidado... y feo como el solo, pero con mucha belleza interior que también cuenta, a fe que la tiene, y mucha fuerza para sobrevivir a la orilla del monte, por donde se pone el sol, por donde empiezan los calores del verano y los rigores del invierno.

Siameses, dos rebollos que se han juntado para pasar unidos el resto de sus vidas. La naturaleza nos obsequia a veces con algunos casos interesantes que se dan también en el Sendero de los Roblones, depende de cómo los miremos y del respeto que mostremos por ellos.

A "Heridito" solo le queda una mitad, la otra, no la hemos conocido, una versión dice que un rayo quiso acabar con él, otra, que se desgajó un día de fuerte temporal, ésta parece más probable. Ahí sigue, y nosotros seguimos sin saber cómo le podemos ayudar...

"Testimonio", hace mucho que se ha secado, pero está de pie para dar fe del paso del tiempo, cumpliendo un ciclo que se termina. No obstante, todavía tiene alguna misión importante que cumplir, entre otras tal vez remover un poco nuestras conciencias y nuestra actitud ante la naturaleza.